Procesión Extraordinaria 25 Aniversario

Procesión Extraordinaria 25 Aniversario

martes, 17 de mayo de 2011

Diario de un Lunes Santo

Os transcribo un relato que me ha remitido nuestra compañera Esther Sanmartín para compartirlo con todas vosotras. Aprovecho para recordaros que podéis remitirme lo que queráis, que si es posible (normalmente si) se publicará, recordad que este blog es de todas y está para "nuestras cosas". Un besito.

Es lunes 18 de Abril de 2011, son las 10 de la mañana y me dispongo como cada día a desayunar y comenzar el día, pero hoy es diferente una sensación de mariposas invaden mi estomago, HOY ES LUNES SANTO, nuestro día.
Salgo como cada Lunes Santo de mi casa dirección a la Iglesia del Salvador, ella nos está esperando como cada año. Mari, nuestra querida florista, ya está allí arreglando a nuestra Virgen cada año más guapa si cabe. Todas nos sentamos frente a Ella a contemplar su belleza y atónitas dejamos nuestra mente en blanco y solo pensamos en lo poco que nos queda para sacarla a las calles ilicitanas.
Después de comer, con mucha pena marchamos a casa a prepararnos para la procesión que durante 365 días hemos esperado sin descanso. Llega el momento de vestirse, los nervios a flor de piel no nos dejan actuar con prudencia se nos olvidan las cosas, los toques… y hasta las marchas.
Son las 21.30 de la noche estamos en el interior de la iglesia esperando a que nuestro Hermano Mayor rece el Padrenuestro como cada año pero esta vez se retrasa, llegan comentarios de que está lloviendo, llega la hora de salir y nuestros tambores no empiezan a sonar, comienzan los nervios, las lágrimas de mis compañeras y las mías propias comienzan a hacerse escuchar en la capilla de la Iglesia. De repente a las 22.20 de la noche se escucha un gran murmullo de gente, las puertas se han abierto, los tambores comienzan a sonar y el Trono de los Atributos comienza a andar, por fin, salimos.
Llegó el momento, el Cristo de la Columna ya empieza a andar, suena la campana por primera vez el Lunes Santo, se escucha a Lola, nuestra capataz “sube a manos”, “plim” saltan los aplausos de aquellos feligreses que desde dentro de la parroquia esperan la salida de las imágenes, venga muy despacito. Mientras el Cristo de la Columna a su pasito lento se dirige a la puerta del Salvador para salir a las calles ilicitanas, nosotras mecemos a María Santísima de la Victoria a paso de Cristo, de nuevo suena la campana y dejamos a la Virgen en el suelo y esperamos a que el Cristo salga de El Salvador.
Ahora si, nos colocamos todas en nuestro sitio, respiramos hondo y de nuevo Lola reclama nuestra atención a toque de campana. Comienza para nosotras nuestro gran día, el Lunes Santo. Poco a poco nos dirigimos a la puerta y cuando ya estamos justo delante nos detenemos en la salida, minutos después Lola coge aliento y nos deleita con esas palabras tan emotivas que a tantas de nosotras nos hacen llorar “costaleras esta primera levantá va por todos aquellos seres queridos que hoy no están con nosotros, sube a manos” suena la campana y seguidamente, Laura nos deleita con ese Ave María tan sentido y emocionante mientras a paso de Cristo muy lentamente nos acercamos a la puerta.
Después de esos momentos tan emotivos para las costaleras dentro de la parroquia se abren las puertas y por fin nos dirigimos a las calles con María Santísima de la Victoria. Suena el Himno Nacional mientras nosotras con el trono sobre nuestras manos y muy despacio salimos a la calle y vamos encarándonos a Porta Xiquica, cuando Lola nos anima a subir el trono y con ella a la Virgen, a los hombros. Por fin salimos de la parroquia y ahora toca sentirla.
La procesión va transcurriendo con total normalidad como cada año, esperamos en calle Hospital a que la Estrella salga del Ayuntamiento para poder hacer nuestra entrada, impacientes llega el momento, esperamos en la Corredora a que se apaguen las luces y a ritmo de Victoria del Polvorín y como solamente nosotras sabemos hacerlo, comenzamos a entrar en la Plaça de Baix, los aplausos continuados a nuestra entrada hacen más sentido aun el momento del encuentro. Situadas ya delante del Cristo de la Columna, comienza el toque de hermandad y tras el toque de silencio tocado por nuestra trompeta, el toque del encuentro y tras él ambas imágenes suben al cielo al toque de la campana de María Santísima de la Victoria.
Acabado el gran momento ambas imágenes se disponen a regresar a su casa, a la parroquia del Salvador, la Madre que anda desolada tras ver a su hijo atado a la columna y flagelado, llora de regreso a su casa.
Ahora llega el momento más sentido para nosotras, llegó la cuesta, esa parte de la procesión que es solamente nuestro, subimos muy despacito al son de Lloran los Clarines y al finalizar la cuesta, casi a punto de llegar a la Iglesia, Lola nos detiene, de repente nuestras camareras y nuestro vestidor se colocan delante de la Victoria y se escucha “hoy queremos agradecer a nuestras camareras y a nuestro vestidor la labor que hacen cada año con la Victoria y por ello para mí sería un honor que, Cristóbal tocaras por primera vez la campana del trono de María Santísima de la Victoria”. Expectantes por el momento, Cristóbal se dirige a la campana, y toca comenzamos a andar con esa marcha que nos regala la capataz y las contraguías y entre lágrimas y muy despacio seguimos el recorrido a casa cuando Lola nos vuelve a emocionar con sus palabras “vamos valientes que vosotras no la veis pero la Virgen os esta sonriendo” se escuchan los llantos de muchas de nosotras y muy lentamente disfrutamos los últimos momentos que nos quedan para portarla sobre nuestros hombros.
Ya vemos la parroquia, se esta acabando, no nos duelen los hombros solo estamos tristes por tener que dejarla, nos acercamos muy despacito hacia la Plaza del Salvador viendo como el resto de nuestra Hermandad nos espera con los brazo abiertos, entramos así en la plaza cuando, mientras maniobramos, la Banda de Cornetas y Tambores de la Hermandad nos maravilla con Silencio Blanco. Se acaba, y con mucha tristeza y lágrimas en mis ojos, el trono en las manos y dolido el corazón de tener que volver a dejarte entramos a Nuestra Madre a su casa, ya estamos dentro, solo se escucha el sentir en lágrimas de sus costaleras, el mío propio y las últimas palabras de nuestra capataz “al toque al hombro, valientes”. En este momento un gran arrullo de llantos invade la iglesia y para terminar al son de Lloran los Clarines y muy lentamente vamos a colocar a Nuestra Madre en su lugar, la capilla .
Llenos de lágrimas están mis ojos mientras despacio y sin querer terminar nos vamos acercando a la capilla cuando, de repente alguien me abraza, si ella, la capataz emocionada como yo y como todas nosotras comparte ese pequeño momento.
Gracias compañeras, gracias contraguías y gracias Lola por esta procesión tan emotiva de este Lunes Santo. Ojalá no terminara nunca.
Esther Sanmartín López, costalera

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso relato Esther...leerlo me ha emocionado mucho, ha sido como estar ahí...Gracias
CM

Anónimo dijo...

Que bonito!!!!!!!!! me he emocionado muchisimo...., los pelos de punta. Gracias por compartir tus palabras.
Un beso.
LM.

Anónimo dijo...

Llorando y pelos de punta...
Increible, no se puede expresar mejor lo que sentiamos cada una...
Gracias!

Anónimo dijo...

Gracias a todas vosotras por hacer que cada lunes santo se tan especial y emotivo.

Esther

Anónimo dijo...

palabras con magia una magia por suerte es autentica es lo que me hace sentir cada año y el ser costarera de MªSANTISIMA DE LA VICTORIA.gracias por plasmar estas vivencias que se suceden cada año porque siempre parece que sea el la primera vez.

Anónimo dijo...

Precioso, Esther!! Gracias por hacernos revivir todas las emociones que sentimos el Lunes Santo cada una de las costaleras, ha sido muy emocionante leerlo.
Un beso enorme, compañera!
L