Un año más...

Otra vez estamos aquí (y que sigamos muchos años), otra vez es Viernes de Dolores, otra vez es viernes de montaje.
Ya han pasado los ensayos, raros este año, estábamos algo "atascadas", pasos que no salen, coches que no se van de la puerta, lluvia que nos cae encima, mucho público con nosotras... si, raros. Y se cumplió nuestra tradición en el último ensayo, un desastre, nada nos salía derecho... bueno nada fuera de lo normal en un último ensayo, pero esperando que se cumpla del todo, cuanto peor es el último ensayo, mejor es la procesión.
Faltan apenas 3 días para que María Santísima de la Victoria pise las calles de su Elche, para que la admiren, para seguir a su Hijo allá donde vaya. Y faltan 3 días para que nosotras, sus pies, nos emocionemos con Ella, por Ella, por llevarla, por acompañarla.
Pero este año mi "discurso" no será muy emocionante quizás. Pero es lo que siento este año. Y necesito decirlo.
Esta Semana Santa será muy especial, para muchas, cada una por sus razones. Las nuevas, porque es su primer año y están llenas de ilusión y ganas, las veteranas porque un año más seguimos siendo sus pies y nos sentimos muy orgullosas de estar a sus plantas, y entre unas y otras... las que llevan muchos años pero que no son consideradas veteranas, aún no se porqué, ni novatas, ya que algunas llevan incluso mas de ocho años con nosotras, muchas de estas, sin definir, viven un año con mucha ilusión.
No diré nombres pero estas compañeras (ellas saben quien son) están especialmente ilusionadas y emocionadas porque están formando parte de un grupo que las ha acogido con los brazos abiertos, que las están escuchando, que las deja trabajar por María Santísima de la Victoria con todas sus fuerzas, se sienten, por fin, totalmente integradas, esas compañeras que están teniendo iniciativas y llevándolas a cabo para que todas podamos disfrutar del gran evento del año próximo. Llevan sacrificando sus viernes noche (y muchos días) de disfrute con sus parejas, familias, amigos, quitándose horas de descanso y de sueño, en reuniones interminables (y no es en sentido figurado) para idear, diseñar, fabricar, organizar, plantear y proponer los actos que nos llevarán hacia esa celebración sin que nos produzca desajustes económicos adicionales ni un esfuerzo obligatorio para ninguna de sus compañeras. También es cierto que en esas reuniones se intercambian "batallitas", se transmite lo que es el espíritu de nuestra plantilla, la historia de lo que hemos sido y la ilusión por lo que podemos llegar a ser. Se pasa el legado de unas a otras, la lucha que hemos llevado desde aquel 1990 porque "la Victoria" fuese reconocida como imagen y no como mera acompañante.
Son un grupo abierto y entusiasta, que no entiende la reticencia de la gente a participar, a colaborar, a ofrecerse como ellas, generosamente para ayudar a preparar el camino hacia una efeméride en la que todas, todas y reitero lo de todas, vamos a querer participar y estar allí.
La plantilla de María Santísima de la Victoria, siempre se ha caracterizado por una gran seriedad en la calle, y esa seriedad nace de la seriedad en el trabajo diario, en la unión, en el "buen rollo" que reina en los ensayos, en los actos que se realizan, en las actividades en "familia". Porque nuestra plantilla es como una gran familia. En la que a veces te llevas mejor y otras peor, que unos se llevan mas que otros, que somos mujeres y todas sabemos que eso es muy especial, somos especiales. Pero eso no quita a que cuando tengamos un objetivo, todas caminemos hacia él por el mismo sendero y con el mismo paso, colaborando unas con otras y apoyándonos entre nosotras, siempre hay, como en todas las familias, quien puede mas o quien puede menos, pero a su lado está el brazo de otra compañera para ayudarle a seguir, para apoyarla, para enseñarle, debemos estar orgullosas de lo que somos pero a la vez ser muy humildes ya que solo somos unas simples trabajadoras, un granito de arena en la playa de las costaleras, no hay granos mas grandes ni granos mas pequeños, todos son iguales y todos igual de necesarios.
No somos eternas, celebrar un 25 aniversario es algo muy grande. Y no estaremos siempre las mismas. María Santísima de la Victoria es algo que nos sobrepasa a las personas, las personas cambiarán, la Virgen seguirá ahí, nos amparará a todas. Y a nuestras compañeras "novatas" tenemos que dejarles el legado de "familia", de unidad, de apoyo, de trabajo en común, de ilusión, de generosidad, de amor. Solo así nuestra familia perdurará en el tiempo, aumentando con nuevos miembros (y no solo de los neonatos) sino con savia nueva. Ya tenemos en nuestra plantilla hijas de antiguas costaleras lo que significa que estamos recogiendo lo que en su día sembramos, tenemos que seguir sembrando para que la cosecha futura sea igual o mejor.
Compañeras, somos orgullosas "costaleras de la Victoria", somos muy grandes y al tiempo muy pequeñas. Seguid así de humildes y generosas y seguiréis siendo grandes.
Feliz Lunes Santo.